

UN SALTO A LA ETERNIDAD
El slogan reza “Redbull te da alas”, sin embargo después de la hazaña de ayer llevada a cabo por Felix Baumgartner, quedó demostrado que no es la bebida energética la que te confiere las alas, sino el coraje de un hombre que se ha pasado los últimos cinco años entrenándose física y mentalmente para romper varias barreras, entre ellas, la del sonido.
Millones de personas vivimos expectantes la proeza de este valiente, al que se conoce como “ Felix sin miedo”. Cuando el globlo de helio comenzó a ascender, y a través de la página oficial de Redbull Stratos se podía ver al piloto, yo tuve que pararme un momento y pensar que eso era real y que no se trataba de una película de ciencia ficción. Un hombre de 43 años se había metido en una cápsula, para saltar desde 37.000 metros de altura. De nuevo, en esta ocasión la realidad superaba a la ficción. Espero que Baumgartner nos confiese qué pensamientos le acompañaban durante esas 2 horas y media que duró el ascenso.
Cuando llegó el momento y se abrió la puerta de la cápsula, muchos de nuestros latidos estaban unidos al de ese valiente que se disponía a saltar desde 39.000 metros de altura, superando incluso la marca que se había propuesto. Un gesto de OK con la mano y, por fin, el esperado salto, que todavía tengo congelado en la retina. Una caída libre que duró 4 minutos y medio, alcanzando una velocidad máxima de 1342 km por hora.
En algunas redes sociales como Twitter, podían leerse comentarios de gente que se preguntaba la finalidad de esta acción. Yo les diría que ayer Felix Baumgartner demostró que los sueños están para cumplirse, que con determinación y esfuerzo puede atravesarse cualquier barrera y que somos nosotros mismos quienes nos marcamos los límites. Ese hombre que de niño veía películas de astronautas y deseaba ser uno de ellos, consiguió ayer mantener a gran parte del mundo con el alma en vilo, alcanzar 3 records mundiales y dar un salto estratosférico a la eternidad.