Dic 16, 2012 - Actualidad, Opinión    1 Comment

RYAN LANZA NO ERA EL ASESINO.

El pasado viernes nos enterábamos de la terrible noticia del tiroteo en la escuela primaria de Newtown (EEUU). Un joven entraba armado al centro  llevándose consigo la vida de 27 personas, de las cuales 20 eran niños. El horror y la tragedia se cebaban con una (aparentemente) tranquila y apacible ciudad estadounidense.

Ahora sabemos que el autor de la masacre es Adam Lanza, pero el mismo día que saltaba la noticia, los medios de comunicación se cobraron su propia “víctima”.

Para los medios es fundamental adelantarse a la noticia, conseguir ser los primeros en ponerle rostro al asesino. Las grandes cadenas de noticias, medios online, blogs comenzaron a mostrar una foto de un tal Ryan Lanza, acompañada de titulares que le acusaban de ser el homicida. Convirtieron a un joven inocente en el autor de la peor matanza escolar de EEUU, en un sanguinario asesino de niños.

No puedo imaginarme cuál sería la sorpresa de Ryan Lanza cuando a través de su perfil de Facebook se dio cuenta de la atrocidad de la que le acusaban. Intentó defenderse como pudo colgando estos mensajes en su muro de la red social: «No he sido yo. Estaba en el trabajo. No he sido yo», «Estoy en el autobús de camino a casa. No he sido yo” Ante el acoso al que se vio sometido terminó diciendo: “Callaos todos la puta boca. No he sido yo».

Pero la noticia había corrido ya como la pólvora por los medios de comunicación de todo el mundo, y a través de redes como Twitter, donde muchísima gente comenzó a retuitear la noticia extendiéndola como una pandemia. No tardaron en aparecer las declaraciones de repulsa y los juicios paralelos. Necesitábamos a un culpable y ya lo teníamos. Evidentemente pensaremos que no es culpa nuestra dar credibilidad a una noticia que proviene de medios tan serios y consolidados como la CNN o la Fox. Pero quizás debiéramos plantearnos que, como ha pasado ya otras veces, los medios pueden equivocarse.

Recordemos por ejemplo, la lamentable portada publicada en 2009  del periódico  ABC que rezaba así: “La mirada del asesino de una niña de 3 años” Diego Pastrana fue víctima de una enorme negligencia periodística. Le acusaron de maltratar, abusar y asesinar a su hijastra de 3 años. Al dolor tan grande que supone perder a un ser que quieras se suma el de que todo el mundo te vea como el peor de los seres humanos, capaz de cometer un acto tan vil.  Finalmente se descubrió que Aitana no fue víctima de abusos, ni maltratada sino que murió por un golpe que se había dado previamente al caer de un tobogán. Diego declaró que le habían destrozado la vida.

Esta claro que la deontología periodística fue inexistente en ambos casos. Los medios de comunicación deberían de tener claro que un periodista no es sólo aquel que se limita a trasmitir una noticia, sino que su principal labor como profesional es contrastar  las fuentes y la veracidad de los hechos. Con casos como estos, los medios deberían  hacer análisis de conciencia y replantearse muchas cosas, ya que es preocupante la facilidad con que pueden dañar la imagen de alguien. Un daño que en muchas ocasiones puede ser irreversible.

 

 

1 Comment

  • Es entendible que ante un dolor muy grande las personas quieran buscar descargar de forma muy rápida la rabia que tienen en su interior, es por ello que suceden cosas como la que has comentado y mucha veces ocurren que pagan gente inocente, en estos casos es deber de lo que controlan los medios ser lo más veraces posibles e investigar al máximo antes de ofrecer culpables ya que efectivamente se puede hacer mucho daño.

    Oliver

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