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Dic 31, 2015 - Pensamientos    No Comments

Feliz 2016

MafaldaAl año nuevo le pido, que me enseñe a valorar lo que tengo antes de que sea demasiado tarde,
a amar más y a odiar menos,
a reconocer la grandeza de las pequeñas cosas,
a valorar el tiempo sin contar las horas,
a escuchar los silencios, a descifrar las miradas,
a dar sin esperar nada a cambio,
a decir te quiero muchas veces,
a hacer felices a los que me rodean,
a reír por cosas tontas,
a llorar por cosas importantes,
a luchar sin darme por vencida ante la primera derrota,
a no dejar de hacer lo que quiero por miedo a las consecuencias,
a entender que arriesgarse es a veces la única forma de ganar,
a regalar alegría,
a ser amiga de mis amigos,
a no ser enemiga de mis enemigos,
a ser agradecida por la familia tan maravillosa que me ha tocado,
a dormir plácidamente y tener sueños hermosos,
y a que el amor sea siempre mi bandera a la hora de plantarle cara al mundo cada mañana.

¡FELIZ AÑO 2016, que nunca se os olvide acordaros de vivir!

 

Mar 31, 2014 - Pensamientos    No Comments

Amigos de esos…

Decía Aristóteles que “la amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas.”

La amistad no entiende de barreras ni de excusas. Tu estás desnudo ante esa persona, ella sabe todo de ti y aún así te quiere. Porque lo difícil es amar a alguien cuando ya has buceado en su interior y conocido su lado oscuro, sus fobias, sus  defectos, y sus manías.

Y es que no hay tesoro más valioso, ni fortuna que se iguale a la suerte de contar con un amigo verdadero. Amigos…

De esos que no necesitan palabras para hablar, sino que se bastan con miradas.

De los que te levantan, aunque la piedra en la que tropieces sea la misma una y otra vez.

De los que conocen el significado de lealtad.

De los que escuchan y no sólo oyen.

De los que aportan equilibrio y franqueza.

De los que tienen una sólo cara (sonriente, la mayoría de las veces)

De los que perdonan lo imperdonable.

De los que aman incondicionalmente.

De los que ofrecen ayuda sin pedirla.

De los que alivian el alma cuando duele.

De los que brillan, incluso cuando todo está nublado, y fosforecen más que el sol.

De los que son un paño de lagrimas, pero también un baúl de alegrías.

De los que tienen risas estridentes y manos suaves.

De los que no juzgan ni reprochan.

De los que no mienten, aún sabiendo que la verdad duele.

De los que no tienen miedo a arriesgarse.

De los que tienen inquietudes y sueños.

De los que no repiten siempre lo mismo.

De los que no se pasan la vida esperando.

De los que huyen de la mediocridad.

De los que no se instalan en la rutina.

De los que hacen extraordinario cada momento.

De los que no se quejan por todo.

De los que no tienen “peros” en su vocabulario.

De los que se contradicen (citando a Whitman:

 

 «¿Que yo me contradigo?

Pues sí, me contradigo. Y ¿qué?

Yo soy inmenso, contengo multitudes«)

 

De los que brindan a la vida y no temen equivocarse.

De los que leen.

De los que aprecian la belleza de las cosas simples.

De los que disfrutan mirando las estrellas.

De los que bailan y cantan aunque lo hagan mal.

De los tienen buenas conversaciones.

De los que sueñan despiertos.

De los que no son repipis ni engreídos.

De los que no se rinden y  plantan cara a las dificultades.

De los que cumplen sus promesas.

De los que llevan fuego en su interior.

 

Mi admirado Jack Kerouac lo resume a la perfección:

 “La única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.”

 

Mar 21, 2014 - Pensamientos    No Comments

Sonríe, siempre.

Me pregunto quién o qué te ha robado la sonrisa, la risa, la carcajada. Tiene que doler, y mucho, despertarse por las mañanas con el corazón en un puño y sintiendo que algo malo va a pasar. Permanecer en constante intranquilidad y sentir como si de un momento a otro el alma se te fuera a salir del cuerpo y te fallaran las fuerzas para agarrarla. ¿En qué momento pasamos de estar bien a ser muñecos de trapo con movimiento?

Los recuerdos parecen algo lejano, y cada día te levantas esperando encontrarte mejor, que no duela el cuerpo, ni la vida. Lo peor es el sufrimiento, pero no sólo el tuyo, sino el de las personas que te rodean, que no pueden soportar ver que has cambiado, que ya no eres lo que eras antes. Quieres pedir perdón por estar así, por no ser capaz de levantarte y echarle el valor necesario a esta vida, que la mayor parte de las veces no es cómo uno desearía, y sobre todo por rendirte sin ni siquiera haber luchado antes.

A veces sientes como si te encontraras en un pozo muy muy profundo, al que nunca le ha dado la luz. Por momentos intentas escalar y pareces vislumbrar un atisbo de luminosidad, pero no tardas en caer de nuevo y hacer tuya la oscuridad porque es la única forma que tienes de sobrevivir ahí abajo.

Y no quieres vivir así, en la oscuridad, no quieres que tus ojos se acostumbren a ella y te incapaciten para ver las cosas hermosas de esta vida. Quieres borrar tus obsesiones y manías para siempre, quiero ser tu de nuevo, y ser feliz solamente con el aire que respiras. Por eso céntrate en amar con todo tu ser a los que te aman (e incluso a los que no), a dormir y a soñar cosas bonitas. Busca siempre lo positivo y deja atrás lo negativo. Canta. Baila. Ríe, ríe sin parar y nosotros reiremos contigo.

 

 

Ago 21, 2013 - Opinión, Pensamientos    No Comments

Críticas, chismes, cotilleos o como hacer un traje a medida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No puedo evitar sentir cierta lástima por aquellos que con su intachable moralidad y comportamiento se creen con la potestad absoluta de poner en entredicho la de los demás, como si de jueces y verdugos se trataran.
Yo aprendí hace mucho tiempo que lo de dictar sentencia no va conmigo, que no soy quien de opinar sobre los actos ajenos, aquí cada uno que cargue con su propia cruz. Pero desgraciadamente sigue habiendo mucha gente que ve la paja en el ojo ajeno, pero que sigue sin poder ver la viga en el suyo propio.

Ese cinismo y arrogancia de los que escudriñan con miradas inquisidoras y cuchichean en las esquinas sobre la vida y actos de los demás, es propio de mentes carroñeras, con vidas tan vacías como su propia existencia. Han visto humo, o han oído hablar de él , y no les falta tiempo para lanzar la chispa definitiva que levante la llamarada. Qué gratuito es eso de hacer daño y que difícil es después juntar toda el agua capaz de apagar ese fuego.

Suerte ,(o no) ,de aquellos que se levantan cada mañana y lo que ven en el espejo es la “perfección absoluta”, sin mácula ni tacha en su historial. Yo sin embargo me alegro enormemente de mis defectos, puesto que los errores que cometí, y los que sigo cometiendo cada día, me han llevado a ser quien soy, han forjado mi personalidad y me han hecho más sabia. Soy una mezcla de las cosas buenas y malas que hay en mí.

Por eso señores “jueces” de la integridad y la decencia, miren en los más profundo de sus almas, y quizá después de lo que encuentren no sean capaces de volver a mirarse tan alegremente al espejo, de agarrar con fuerza la primera piedra. Yo os aconsejo que os dediquéis a amar un poco más y odiar un poco menos, ya que como bien dice Haruki Murakami:

“El odio es una sombra negra y alargada. En muchos casos, ni siquiera quien lo siente sabe de dónde le viene. Es un arma de doble filo. Al mismo tiempo que herimos al contrincante nos herimos a nosotros mismos. Cuanto más grave es la herida que le infringimos, más grave es la nuestra. El odio es muy peligroso. Y, una vez que ha arraigado en nuestro corazón, extirparlo es una tarea titánica”

 

 

Oct 29, 2012 - Pensamientos    No Comments

MALDITO ADIÓS

A lo largo de mi vida siempre que puedo evito decir la palabra adiós, intentando sustituirla por alguno de sus sinónimos. A pesar de esto, hay momentos y circunstancias en los que desgraciadamente es inevitable pronunciarlo, ya que no existe otra palabra que lo sustituya.

La mayoría de las veces ,la gente utiliza el adiós como despedida momentánea. Sin embargo hay adioses que llevan implícitos un fin, un nunca más, un no nos volveremos a ver . Y son esos, los que son para siempre, los que me atormentan, los que duelen más que el silencio y la nada.

Cuántos hemos pronunciado para finalizar relaciones, y seguimos sin acostumbrarnos, cuando llega el momento de hacerlo, sentimos que se nos hiela la sangre porque sabemos lo que eso conlleva. Cuando sale de nuestra boca, no hay vuelta de hoja, y descubrimos como una simple palabra es capaz de llevarse años de amor, de amistad, de sueños y promesas comunes. Y sólo entonces recapacitamos y pensamos lo mucho que hubiésemos deseado no haberlo hecho. Porque como decía George Eliot “ sólo en la agonía de despedirnos somos capaces de comprender la profundidad de nuestro amor”

Y yo que hubiese desafiado a la inmortalidad, para no tener que decirte esa palabra maldita, mientras a ti la vida se te escapaba a cachos, me encuentro con que adiós no implica olvido, y que hay cosas que ni el más rotundo de los adioses será capaz de arrebatarme jamás: los recuerdos.

 

Oct 22, 2012 - Pensamientos    No Comments

HOY LLUEVE

“Odio a la lluvia, la odio con todas mis fuerzas, más que a las lagrimas, que son las gotas que se derraman por tus mejillas, y  a mí me hacen añicos el corazón.” “No la odies”, te dije, “si odias a la lluvia tendrías que odiar también al arcoíris. Que es tan hermoso como los rayos del sol que se reflejan en tus pupilas”.

Para mí la lluvia es la añoranza de una infancia. Es la inocencia de una niña, a la que le gustaba pisar y saltar en los charcos, arriesgándose a sufrir una reprimenda al llegar a casa. “¿Qué has hecho con las botas nuevas?, ¿qué son todas esas salpicaduras en la ropa?” Preguntaría enfadada una madre, que no comprende que la lluvia puede ser el más divertido de los juegos.

La lluvia es una pareja de enamorados, compartiendo respiración mientras se empapan de prematuras promesas de amor eterno, en esa fracción de segundo detenida, en la que son capaces de construir su propia eternidad.

La lluvia es el fuego de una chimenea sobre el que se congrega una familia, que intercambia sonrisas, y charla sobre las pequeñas cosas de la vida, mientras oyen el repicar de las gotas en el cristal y rebosan alegría por tenerse unos a otros.

La lluvia es romanticismo en estado puro, es cine, es música. Sin ella no habríamos visto la magnífica escena de Gene Kelly en “Singing in the rain”, a Sophie pidiéndole a Julien que no la abandone ¿capaz o incapaz? , el apasionado beso de Holly y Paul en  “Desayuno con diamantes”, la intensa declaración de amor de Mr Darcy a Lizzy Bennet en “Orgullo y prejuicio”. Axl Rose no hubiera compuesto “November rain”, ni Prince la inolvidable “Purple rain”

Es silencio y serenidad, es inspiración, es olor a tierra mojada… Si no fuese por la lluvia jamás valoraríamos los días soleados. Así que, «deja el paraguas, agárrame la mano fuerte muy fuerte, y deja que la lluvia nos arrastre el dolor.»

 

Oct 6, 2012 - Pensamientos    No Comments

CONTRADICCIONES

Tú me encontraste entre la gente
mientras yo me contaba cicatrices.
Me inspeccionaste el alma
con tu mirada taciturna.
Fuiste capaz de verme de verdad
cuando ni yo misma lo hacía.
“Llévame contigo, quiero ser tuya
como los pájaros son del cielo”.
Y tú condujiste
hasta que el atardecer nos halló
para hacernos cómplices de los rayos del sol,
embriagados de dicha.
Por fin nos habíamos descubierto
y el resto del mundo se volvió baladí.
De pronto, ya no había remordimiento,
ni incertidumbre, ni pecado.
Y esa fue la génesis.
Tú pasaste de ser uno más
y empezaste a serlo todo.
Nos vaciamos los bolsillos
de pasados y futuros.
Habíamos perdido tanto
que hasta dejamos de recordar
lo que nunca olvidamos.
Yo era furor y vehemencia,
tú calma y quietud.
Me complementabas,
compartiendo insomnio y melancolías.
Nos amábamos sin “te quieros”.
Y cuando no necesitábamos hablar,
porque tú me habías enseñado
a entender los silencios,
bastaba con que mis ávidas manos
se entrelazaran con las tuyas
para alcanzar la etérea perfección.
Y no hay sueño más hermoso
que aquella realidad en la que
tus ojos me decían
“eres fría como la nieve, pero quemas como el fuego”.

Sep 30, 2012 - Pensamientos    No Comments

ALGODONES DE AZÚCAR

El otro día en la cola de una tienda de ropa, escuché como una madre le decía a su hija (que no tendría mas de 17 años):“No puedes seguir así, tienes que olvidar a Pablo» De pronto comenzaron a amontonarse en mi mente millones de cosas que me hubiera gustado decirle a esa madre .¡Vamos hombre!, pensé, qué fácil es decir siempre las mismas chorradas cuando no es a ti al quien han roto el corazón. Como si olvidar fuera acostarte por la noche en la cama, hacer un centrifugado de cerebro y levantarte sin esos recuerdos que te encogen el alma.

 De adolescente mi “Pablo particular” ocupaba mis pensamientos, mi razón (o mi sinrazón). Si a mis padres no le gustaba, a mí me gustaba más aún. Los besos sabían a algodones de azúcar y esas mariposas que decían que revoloteaban en el estómago existían de verdad. La luna brillaba más porque nosotros la mirábamos.  Qué felicidad, qué gozo, qué deleite.

 Qué idílico todo hasta que “Pablo” decide dejarte, darse el piro, abandonarte. Maldices al destino por tu mala fortuna. Todo se vuelve oscuro, sombrío, negro. Más que un suspenso en un examen, una bronca de tus padres, un sábado sin salir, un día sin Messenger…

Decides hacer desaparecer esas fotos que empapelaban tu pared y lo mejor que se te ocurre hacer  con ellas es romperlas, quemarlas, usarlas para hacer vudú. Qué agrias se tornan  las canciones de desamor, las películas románticas, la luna llena, las parejas felices.

Te sientes ultrajada, engañada, humillada, burlada. Ni siquiera Romeo y Julieta; Tristán e Isolda; los amantes de Teruel han tenido historias de amor más desgraciadas que la tuya.

 Y siempre la misma cuestión  ¿por qué  me ha dejado?  Relees sus sms en busca de alguna señal. Nada, piensas, la mayoría de los mensajes terminan con un te quiero, es imposible  que su intención fuera dejarte. E, inevitablemente, ese por qué desemboca en muchos más. En ese momento si estuviera en mi mano aprobaría una ley que prohibiese los falsos te quiero.

 Entonces ves como el odio crece, y ya no sabes donde meterlo porque cada vez es más grande , y ¡cómo duele vomitar tanto dolor! Maldices la hora en la que tus padres te sueltan el rollo del olvido, y tus amigas y amigos las típicas milongas de la dignidad  y los peces en el mar. Ellos no entienden que los “peces” te importan menos que las clases de matemáticas, que en tu mente sólo hay sitio para él. Al resto del mundo le cuentas lo mucho que lo odias, cuando en realidad, lo estás queriendo con más fuerza todavía. Aún así, no queda otra que  asumir que Pablo ya no está. Y justo en ese momento te ves invadida por los pensamientos más absurdos:  nunca más volveré a encontrar a nadie como él, ya no habrá mariposas, ni besos que sepan a algodones de azúcar. Es el fin, el vacío, las más sola de las soledades.

 Hasta que una evoluciona y llega otro Pablo, y otro, y otro… y no queda más alternativa que aprender a vendarse el corazón.

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